Por: Mauricio Méndez Campos
La oscuridad es el origen de muchos de los miedos del hombre, es sinónimo de duda e incertidumbre. Cuando nos confrontamos con el exterior, con personas de otras naciones, la ignorancia conduce muchas veces a xenofobia colectiva. El rechazo, el odio al diferente, ¿es que somos tan especiales?
Así como en muchas especies animales, algunos dividen al género humano en varias razas. Algunos, por etnias. O, desde algunos siglos con la formación de los estados modernos, ahora nos reconocemos por las divisiones políticas entre las naciones soberanas del planeta. Entonces, ¿son las naciones soberanas representantes de la etnia mayoritaria que reside en su territorio? Tenemos muchas sorpresas. De hecho, es el origen de muchas guerras actuales.
Exceptuando extranjeros, ¿en China solo hay chinos?, ¿en México solo hay mexicanos?, ¿en Rusia solo rusos?, ¿y qué podemos decir de EEUU? En el primer caso, hay 56 etnias diferentes, siendo la ‘Han’ la mayoritaria, la más importante históricamente hablando y de la que obtenemos el arquetipo del chino amarillo y con ojos rasgados que imaginamos de este lado del mundo. Indudablemente la etnia mayoritaria es la que ostenta el poder político en aquella nación. Lo que actualmente conocemos como Rusia, cuyos ciudadanos ‘eslavos’ nos los imaginamos de piel blanca y pálida, es la herencia política, primero de los soviéticos y antes de los Zares, quienes se expandieron hacia el Este. La Casa de los Romanov absorbieron en el seno de su imperio a cuanta etnia autóctona vivía en los territorios conquistados. Aun así, los eslavos (la etnia mayoritaria) es la que detenta el poder actualmente (para ampliar el panorama, puede revisar la política de ‘Mundo Ruso’ que actualmente impulsa el titular del Poder Ejecutivo Ruso).
El caso americano se cuece aparte. Pongamos atención, las naciones de nuestro continente o son en su mayoría mestizas o inmigrantes. Lo que hoy llamamos “pueblos originarios”, tuvieron en su momento el poder político en sus respectivas áreas de influencia. Veamos, a pesar de que México se considera herencia de los aztecas -que no de la Nueva España-, estos solo tenían influencia en el centro y partes del sur del país. Al occidente, los purépechas, al norte, los chichimecas, en la península de Yucatán, los mayas, en las entrañas de sus dominios, los rebeldes tlaxcaltecas. Con los españoles se experimentó una intensa mezcla de raza y cultura, que hoy conocemos como mestizaje. La mayoría de la actual población mexicana se puede clasificar de esa manera, además de que ostentamos el poder político, ¿y las poderosas etnias precolombinas? Actualmente sin poder político real. A pesar de su muy digno estilo de vida, el racismo dentro de la vida pública de México los conceptualiza de forma injusta como una población pobre y necesitada.
Estados Unidos, es una república federal con raíces migrantes. Personas desahuciadas en Europa que decidieron buscar mejor suerte en el Nuevo Mundo y que llevaron sus costumbres a las nuevas y vastas tierras. A diferencia de los dominios ibéricos, los colonos desplazaron a los nativos, rara vez se mezclaron con ellos y los exterminaron (recordemos las masacres en California por la ‘fiebre del oro’ del s. XIX).
Hasta este punto hemos establecido tres tipos de naciones, etnias históricas y mayoritarias, mestizas e inmigrantes. De las primeras, hay muchos ejemplos, sobre todo en Asia: japoneses, mongoles, coreanos, indios, persas (iraníes). El caso por mestizaje es similar en toda el área que conocemos como “Latinoamérica”. Finalmente, ejemplos de naciones de inmigrantes como EEUU los encontramos en los integrantes de la Commonwealth.
Pasemos a lo delicado. De los conflictos armados actuales, son pocos los que se pueden considerar contiendas entre dos países (al menos oficial y superficialmente). El caso más célebre y que he referido en este espacio es la guerra entre Ucrania y Rusia. Pero muchos son guerras civiles donde las naciones que se consideran a si mismas ‘potencias’ tienen injerencias. Y varios de esos casos son por conflictos étnicos. Gran parte de los problemas en Medio Oriente surgieron en el periodo entre guerras (1918-1939) en los que el todavía imperio británico repartió los territorios de esa zona, ignorando las configuraciones de los pueblos allí asentados. La ‘papa caliente’ de la región son los kurdos, pueblo repartido en Irak, Siria, Turquía e Irán principalmente que son usados por una u otra potencia en los diversos conflictos que se desarrollan en la región. De hecho, la creación de Israel es parte de ese problema, un país que no existía hasta 1948 impuesto por la potencia colonial de la región. Ya ni que decir de los múltiples conflictos civiles en África. Recuerdo tristemente la masacre de los tutsis por parte de los hutus resultado de odios coloniales porque la minoría (los tutsis) detentaban el poder. O en Myanmar, Yemen, ISIS-Taliban… La vida va más allá de nuestra cotidianidad. Todos ellos conflictos actuales.
A pesar de ser de la misma especie, aún nos despedazamos entre nosotros. El odio, el miedo, propios de criaturas salvajes aún nos dominan. Insistimos en separarnos por etnias, religiones, fronteras políticas. Mientras no nos reconozcamos como miembros de una sola especie no podremos superar los límites naturales de nuestro planeta, no alcanzaremos las estrellas. Superemos los nacionalismos, si, conservemos la parafernalia patriota, pero empecemos a reconocernos como ciudadanos de la humanidad.
¡Feliz año nuevo 2023!