viernes, 30 de diciembre de 2022
Ciudadanos de la humanidad
domingo, 5 de junio de 2022
Cíclico y fractal
En una investigación para recuperar algún conflicto similar al que se vive en Ucrania, me tope con el asedio de parte de los turcos a Viena en 1683, que culminó con la batalla de Kahlenberg en la que el rey polaco Jan III Sobieski al mando de los húsares alados polacos, arrolló a los musulmanes de forma aplastante. Quién esto escribe, está convencido de que el tiempo es fractal, la cadena de eventos que llamamos historia humana se repiten de forma cíclica, así que le sugiero estimado lector, que en todo momento tenga en mente el actual conflicto que enfrentan Ucrania y Rusia.
A pesar de que de este lado del mundo casi no se le estudie, el Imperio Turco Otomano, fue una potencia que en el cénit de su poder compitió con las poderosas ciudades del norte de Italia por el control del Mediterráneo, controlaba amplios territorios de lo que hoy llamamos Cercano y Medio Oriente. Además de ser el responsable de la caída de Constantinopla en 1453. Después de apoderarse de esta ciudad corazón, las naciones que ocupan la región que conocemos hoy como "los Balcanes" también cayeron en manos turcas. Hacía 1529 Solimán el Magnífico intentó conquistar Viena, la última puerta para conquistar el resto de Europa (y cambiar la historia para siempre). Pero fueron rechazados por una coalición cristiana de alemanes y austriacos.
No satisfechos, en 1683 vuelven a lanzar otra ofensiva contra el corazón de Europa. Viena, entonces, era parte del Imperio Romano Germánico, con Leopoldo I como Rey. El ministro turco Kara Mustafá convence al entonces sultán Mehmet IV de iniciar otra vez hostilidades contra los austriacos. Hungría, vasalla de los turcos, quería sacudirse a los Habsburgo, Casa Real de Leopoldo, por lo que acompañaron a los orientales en la cruzada. En el otro bando, los austriacos armaron una auténtica liga cristiana: Carlos V de Lorena, Jorge Federico de Wahlberg de Baviera, el referido Jan III Sobieski, de la mancomunidad polaco-lituana, el propio Rey Leopoldo, entre otros príncipes europeos.
El asedio comenzó el 14 de julio de 1683. En un encargo prácticamente imposible y suicida, la ciudad queda al cuidado de Ernst Rüdiger von Starhemberg al mando de aproximadamente 20 mil hombres, contra los entre 120 y 200 mil invasores turcos al mando de Kara Mustafá. Los defensores aguantaron embate tras embate durante dos meses con todo tipo de vejaciones. Los turcos se valieron de minas terrestres para tratar de superar las murallas vienesas (levantadas tras el primer asedio de 1529).
Hasta principios de septiembre, la coalición cristiana alcanza las colinas boscosas de Kahlenberg, al noroeste de Viena para preparar su embestida. Mustafá presta a la mitad de su ejército para ofrecerles batalla, la cual comienza en la madrugada del día 11 de ese mes. A continuación, con base en la investigación realizada para esta entrada, presento un mapa obtenido de Google Maps para presentar las posiciones aquel día.
En azul, un canal del rio Danubio, que aun hoy existe. Sirvió como retaguardia de la posición vienesa. En color morado, las murallas de Viena hacia 1683 (puede fijarse como ha crecido la mancha urbana desde entonces). El punto amarillo representa el campamento turco y las líneas del mismo tinte, sus posiciones de batalla. Se puede visualizar en líneas color verde como la alianza cristiana atraviesa las colinas de Kahlenberg y se baten con la vanguardia oriental.
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De verdad creí que la diplomacia se impondría. Que aparecería un John Kerry o un Henry Kissinger a desactivar las tensiones. Que nada sucedería. La Federación Rusa emprendió una cruzada contra Ucrania arguyendo varios motivos: que si para desnazificar el país, liberar el Donbass, evitar el ingreso de Ucrania a la OTAN, entre otros. Bueno, la "operación militar especial" como la llamo Vladimir Putin va de fracaso en fracaso. Ucrania se está convirtiendo en una victoria pírrica para el ex gigante soviético, un Afganistán 1979, Chechenia 1999 o Georgia 2008. No lograron conquistar Kiev, van por la ocupación prolongada del sureste del país. En lugar de aprovechar políticamente la reciente humillación militar de EEUU el año pasado en Afganistán, deciden embarcarse en su propio pantano. En lugar de dividir a Europa, logró que Finlandia y Suecia hayan solicitado su ingreso a la OTAN. Al fin, parece que se están formulando políticas para dejar de depender de los hidrocarburos rusos. Ucrania recibe armas e inteligencia militar de los rivales geopolíticos de Rusia, provocando que lo que sería un derrocamiento sencillo se convierta poco a poco en guerrilla.
¿Abandoran los rusos sus posiciones en Ucrania u Occidente permitirá que se las queden, como en 2014 con Crimea?, ¿a cargo de quién correrán las reparaciones de guerra?, ¿los oligarcas rusos seguirán manteniendo al megalómano de Putin al mando?, ¿de qué es capaz un personaje así con arsenal nuclear? En el teatro de las relaciones internacionales, todas las naciones que han sido afectadas económicamente por la invasión, ¿no protestaran por las consecuencias?
Recomiendo el siguiente canal de YouTube de análisis militar, bastante objetivo, con cifras y hechos, aunque pro-ucraniano:
Lecturas de interés:
Se describe detalladamente la batalla de Kahlenberg en esta biografía de Mehmet IV:
https://arrecaballo.es/edad-moderna/el-imperio-otomano/mehmet-iv-el-cazador-1648-87/#
lunes, 31 de enero de 2022
No sucederá
A pesar de que por nombre consideremos que la Primera Guerra Mundial fue tal, lo cierto es que a través de toda la historia de la humanidad han acontecido conflictos que, a su escala, fueron universales. La historia de la siempre conflictiva Mesopotamia, que aún hoy no conoce paz. La empresa conquistadora de Alejandro III "Magno" que abarcó y sometió todo el mundo conocido por los griegos. La expansión hacia todas direcciones de la dinastía Han en China. Roma por todo el Mediterráneo, donde solo el desastre de Teutoburgo los freno de seguir avanzando por el norte de Europa.
Todos ellos procesos donde el fuerte sometía al débil. Aumentando la escala, las invasiones de los mongoles por toda la heartland (Mackinder, dixit) durante los siglos XII y XIII supusieron un enfrentamiento con las potencias de la época: musulmanes, chinos, indios, coreanos. Japón se salvo por lo que ellos consideran un milagroso huracán y Europa por problemas de agenda debido a problemas sucesorios de los invasores.
En la modernidad europea, el principal teatro de conflictos, las guerras sucesorias española y austriaca y la Guerra de los Siete Años durante el siglo XVIII empantanó a toda la parte occidental del continente y sus colonias, implicando conflagraciones mundiales. Ni qué decir del XIX, la máxima expansión del poderío británico. Le sorprendería conocer todas las naciones con las que alguna vez el orgulloso imperio inglés mantuvo hostilidades.
Hay autores como el canadiense Steven Pinker que aseguran que la humanidad es cada vez más pacífica, aunque por todo el mundo pululan ánimos de lucha: Syria, Yemen, Myanmar, Sudán, Burkina Faso, Irak, Afganistán. Y no creerá, estimado lector la que se lían entre China, Pakistán y la India por unos cuantos metros de fronteras. Que Norcorea quiere invadir a la parte sur de la península, los chinos hostigando a Taiwán, y el último escándalo: Ucrania en medio de Rusia y la OTAN.
Cuando estudiamos la historia, independientemente del gusto que se tenga por ella, el grueso del texto es un compendio de guerras. Haga memoria, solo en nuestro calendario nacional muchos feriados están relacionados con hechos bélicos. Conquistas, batallas, invasiones, exploraciones militares, la humanidad es violenta. Algunos señalaran al multilateralismo, el oficio diplomático y a una franca interdependencia como la razón por la cual las actuales potencias no emprenden campañas de exterminio mutuo. Es más profundo que eso. Si bien hay teatros de guerra que podemos llamar convencionales en todo el mundo, un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN implicaría un aniquilamiento total que a los déspotas y egolatras que gobiernan esas naciones no les conviene. Solo mire esta simulación de una guerra nuclear que elaboró la Universidad de Princeton. No nos extrañemos, es nuestro común denominador.
A continuación, ideas sueltas para llegar a donde estamos:
*Reflexionemos un poco acerca de la Segunda Guerra Mundial. Tres tiranos y dos grandes democracias. Las democracias terminaron aliadas del totalitarismo más débil de los tres en ese momento: los soviéticos. Si ganaron la guerra, ¿cómo me atrevo a afirmar tal cosa? Bueno, si comparamos las sociedades alemana, japonesa y rusa, piense, ¿qué ciudadanos eran más educados, productivos y con técnica avanzada? Los rusos, eran una población castigada por siglos de (salvo pocos casos) dirigentes incompetentes. Mientras, los nipones tenían el antecedente de la Era Meiji y los germanos del estado que creo Bismarck. Es más peligroso un totalitarismo con ciudadanos capaces y adoctrinados, que ignorantes y vasallos. No es necesario demostrarlo con axiomas: Japón y Alemania fueron hasta la irrupción china, la segunda y tercer economías más grandes del planeta. Como curiosidad, los estadounidenses no dejaron militarmente a esos dos países desde aquella gran guerra, tienen importantes bases militares asentadas allí.
*En Europa, las democracias occidentales destruyeron un dictadura aliándose con otra. Y toda Europa del Este lo pagó caro, ¿cuántas naciones primero quedaron bajo el yugo n4zi y después del soviético? Solo Grecia y Finlandia (que por cierto, humillaron a los soviéticos en 1940) se salvaron de caer en las garras rusas.
*Recordemos ahora la "Operación Impensable" formulada por Winston Churchill, que consistía en atacar a la URSS en caso de que esta sobrepasara su área de influencia acordada en la Conferencia de Yalta. Las hostilidades siempre estuvieron en la mente de los occidentales, recuerde, destruyeron una dictadura sirviéndose de la sangre de otra-
*El poder nuclear, la tentativa latente de aniquilación mutua. El momento de la verdad de que una victoria no sería tal sin un mundo al cual gobernar. Todos los teatros de guerra que hubo en todos los continentes, espionajes, invasiones, golpes de estado, represiones. El pensamiento se llevó a los extremos duales. Ahí tenemos el célebre caso de estudio de las ciencias políticas encarnado en el senador Joseph McCarthy, que emprendió una auténtica cacería de brujas de todo aquel sospechosos de comunismo en EEUU. O los eventos del 68, que si eran en París o Ciudad de México, eran movimientos sociales liberadores, pero si ocurrían en Praga, eran sabotajes de la CIA.
*Al final, tal como dije líneas atrás, la URSS se disolvió. No enlistaré las razones por las cuáles eso sucedió. Siempre he dicho que los chinos nunca conocerán la democracia -al igual que muchas naciones de toda Asia- y es lo mismo para los rusos: nunca la han experimentado. Vladimir Putin tomó el poder desde 1999 y salvo las ocasiones en las que lo ha prestado a Dmitri Medvédev, tiene el destino del país en sus manos.
*En el caso de Ucrania conviven intereses de todos los involucrados. Los ucranianos, con un sentimiento general proeuropeo y, al igual que otras naciones que antes estuvieron bajo la opresión rusa, terminar de sacudirse su influencia. Los alemanes, que quieren asegurar un abasto seguro de gas para su potente industria y claro, para mantener funcionando la calefacción en los hogares en pleno invierno (véase el caso del gasoducto Nord Stream 2 y el serio conflicto de interés del ex canciller Gerhard Schröder que primero impulsó el cierre de centrales nucleares en Alemania para promover el uso de gas y ahora es Presidente de Gazprom, gigante industrial ruso de esa materia prima).
Los estadounidenses, que no quieren volver a hacer el ridículo después de la desastrosa retirada de Afganistán. Lucieron como un perro rabioso en 2014, después de que Rusia arrebatará la península de Crimea a Ucrania con total impunidad. ¿Quién era el vicepresidente con Barack Obama (es decir, cuando arrebataron Crimea)? ¡Biden! Fueron John Kerry y Serguéi Lavrov quienes desactivaron la crisis. Lo que estamos viendo es la misma película de hace 8 años, en aquella ocasión, los rusos alentaron la guerrilla en el oriente ucraniano con la sospechosa esperanza de provocar una secesión de la parte rusófona. Se apropiaron de un trozo de un país soberano y la OTAN se quedó viendo.
Lo que atestiguamos es un intercambio sordo de declaraciones, en una abierta competencia de lucir más amenazante. ¿Qué desean el Kremlin y la Casa Blanca?, ¿construir otra narrativa noticiosa para darle vuelta al asunto de la pandemia? En el caso de Biden, ¿recuperar el discurso y el liderazgo frente a los problemas domésticos? ¿Acaso Putin quiere erigirse como el único líder posible para Rusia frente al malvado mundo occidental o es que quiere suavizar a la sociedad rusa después de encarcelar y envenenar opositores?
Si llegaran a desatarse una lucha, la primer consecuencia de este lado sería un aumento de los precios del gas en nuestro país. En caso de una seria escalada, EEUU debería garantizar el suministro al Viejo Continente y el resto de los clientes deberá esperar o pagar más por ello (México es uno de ellos). No sufra, no sucederá.