El viernes 02 de agosto se tuvo la noticia en plena sesión bursátil de un mal dato de empleo en Estados Unidos, menos plazas creadas de las esperadas (114 mil vs 175 mil) provocaron que los principales índices de capital en ese país cayeran. El pesimismo (y las apuestas cortas) hicieron de las suyas. Tal como lo expliqué en el blog sobre el caso GameStop, en los mercados (esa fascinante meta entidad) se puede ganar en ambas direcciones. Ilustremoslo: cuando se va largo en el mercado, es decir, esperar a que suba, las ganancias técnicamente son ilimitadas (ST – St0) Pero las perdidas están acotadas: solo la distancia entre el precio spot y cero (St0 – 0 ). Lo malo es que, por lo general hay que esperar más para obtener ganancias. Por otro lado cuando se va corto o bajista, las ganancias son limitadas (St0 – 0 ) y las pérdidas no tanto (ST – St0). Lo bueno es que al ser eventos bruscos de unos cuantos días, incluso horas, es más fácil obtener esas -aunque limitadas- ganancias. Cuestión de gustos y aversión al riesgo. Entonces, a pesar de ser mayoritariamente una noticia que se percibió negativa los que más aguantan el riesgo (o lo promueven) ganaron, y ganaron mucho.
Con su propios problemas domésticos, los mercados nipones experimentaron una masacre. Con miras a un crecimiento inflacionario histórico, el BoJ anunció que combatirian todo incremento de precios. En consecuencia, aumentarian sus tasas de interés por primera vez en muchos años. El mercado reaccionó como suele hacerlo ante este tipo de anuncios, el pesimismo comenzó el jueves 01 de agosto y empeoró con las noticias provenientes de EEUU. Se habló que era la mayor caída del Nikkei 225 desde el fatídico crack de 1987, porcentualmente fue una caída de 12%, que si bien reflejaban los temores inflacionarios en Japón, era en realidad la reacción a algo mucho más grande, un cambio de paradigma. En la primera parte de este blog dijimos que las bajas tasas de interés en Japón se convirtieron en un tópico de estudio, se tomaban de ejemplo, todos querían dar una explicación y algunos redactar tesis proponiendo soluciones a la ya crónica deflación japonesa. La duda era cuándo comenzaría el BoJ a subir sus tasas, no podían permanecer así para siempre. Y llegó el día, Japón dio un manotazo en la mesa (bueno, su banco central) e hizo valer su fortaleza económica. No es una potencia particularmente ruidosa, pero ahí está. Con o sin ánimos de sacudir al mercado, los vientos inflacionarios producto de la depreciación del Yen este año orillaron al instituto a cumplir su misión básica. De esta forma, se comenzaron a deshacer las operaciones de carry trade.
¿De qué van estas operaciones? Obligado mencionar el trilema monetario, solo se pueden tener 2 de 3 en cuentas nacionales: libre flujo de capitales, paridad fija y autonomía del banco central, es imposible tener las tres. Para ejemplificar, México y Japón están en el grupo que tiene libre flujo de capital y autonomía del banco central, pero ninguno puede fijar el valor de su moneda frente a otras. Entonces, inversionistas locales y foráneos, se endeudan en Japón y usan los recursos para comprar papel en otras latitudes que paguen mayor rendimiento. En México las tasas interbancarias han sido mayores a 10% en los últimos años, frente a las japonesas, generan un spread aprovechado por estos especuladores. Es una apuesta segura: la diferencia paga principal, interés, riesgo, impuestos y transferencia. Obviamente nuestro país no era el único destino, aquellos países considerados "emergentes" también pagan buen rendimiento (India, Turquía, Brasil, etc.).
Cuando el BoJ subió las tasas, ¿en qué monto se liquidaron esas operaciones? No tengo el dato exacto, pero los efectos están a la vista. Ya que nuestros títulos eran usados en estas transacciones, al liquidar posiciones perdió nuestra moneda contra la divisa de referencia, el dólar. Esto último es una de las explicaciones del porqué nuestra moneda ha entrado en una senda de depreciación (salve de los eventos locales, que también abonan).
Ahora la evolución del Nikkei 225, principal índice bursátil de Japón contra la tasa de referencia interbancaria diaria (FM01). El histórico del índice simplemente lo obtuvimos del sitio Yahoo! Finance. Si bien observamos que el indicador volvió en términos nominales a su máximo histórico de 1989, en términos reales, y por muy baja que haya sido la inflación en Japón en estos años, prácticamente queda lejos del pujante milagro económico japonés. La tasa de referencia fue cayendo desde 1990, al tiempo que lo hacía el propio índice, sin embargo, cuando toca fondo ya bajo el gobierno de Abe, el indicador financiero parece sacudirse y quintuplicar su valor en una década:
Nikkei 225
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Fuente: elaboración propia con información obtenida de Yahoo! Finance |
Observamos una catenaria completa después de más de 34 años, el principal índice accionario nipón rebasa su anterior máximo histórico. Luce prometedor, pero apenas se ha recuperado lo perdido. Ahora, un acercamiento en candlesticks de los últimos meses para apreciar mejor la corrida:
Nikkei 225: julio y agosto 2024
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Fuente: elaboración propia con información obtenida de Yahoo! Finance |